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Un Solo Rostro


por un lado oscuro, por otro lleno de colores
Dos imágenes de una sola cara

Este martes, a las 12 de mediodía, empiezo mi programa en Guadalupe Radio. Espero que puedan sintonizar conmigo en el 87.7 o por la aplicación que se encuentra en https://www.guadaluperadio.com.


Saludo Bienvenidos al programa de "La fe por dentro y por fuera." Hago mi presentación personal. Soy sacerdote legionario de Cristo y vivo en la comunidad de Los Ángeles desde hace un año. Soy el más joven de la comunidad. El P. Lorenzo ya conoce mi nombre.


Presentación del tema

Todos hemos visto a hipócritas. Muchas veces, nuestra experiencia es con nuestro compañeros o incluso con nuestros familiares o hermanos en la iglesia. Pero te quiero preguntar algo. ¿No será que tú también eres hipócrita?


Anécdota


Me acuerdo de una vez, que el Papa Benedicto estaba visitando a Estados Unidos. Tuvimos una misa en el estadio de beisbol en Washington, D.C. Miles y miles de católicos se habían reunido para dar gloria a Dios, y para ver al Papa. Cuando salimos del estadio, había muchas personas manifestando en contra de la Iglesia Católica. Fue muy incómodo, para decirlo de manera simple. Le podía hacer cuestionar a uno porqué estaba viviendo su fe.


Reflexión


¿Tú qué piensas? ¿No te parece que muchas veces hay situaciones que te hacen cuestionar tu fe? ¿No es más fácil a veces esconder la fe, por comodidad, por miedo, por cobardía?


Yo quiero reflexionar en este programa sobre cómo ser católico por dentro y por fuera. La fe no es simplemente un traje que me puedo poner un día sí, un día no.


Yo quiero hablar hoy precisamente de la hipocresía que puede entrar en mi vida como católico.


Primero, te quiero hacer una pregunta. ¿Te sientes hipócrita? Muchos vamos a responder que no. Podemos aceptar muchos reproches, pero no nos gusta para nada que nos acusen de hipócritas. Pero yo creo que todos tenemos un poco de hipocresía por dentro.


Ejemplo bíblico


Podemos pensar en una situación que vivió san Pablo y que describe en su carta a los Gálatas. Describe su vivencia en Jerúsalen, ya que llevaba con él un joven que no había recibido la circuncisión.


Gálatas 2,1-14

1 Al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo a Tito.

2 Lo hice en virtud de una revelación divina, y les expuse el Evangelio que predico entre los paganos, en particular a los dirigentes para asegurarme que no corría o no había corrido en vano.

3 Pero ni siquiera Tito, que estaba conmigo y era de origen pagano, fue obligado a circuncidarse,

4 a pesar de los falsos hermanos que se habían infiltrado para coartar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y reducirnos a la esclavitud.

5 Con todo, ni por un momento les hicimos concesiones, a fin de salvaguardar para ustedes la verdad del Evangelio.

6 En cuanto a los dirigentes –no me interesa lo que hayan sido antes, porque Dios no hace acepción de personas– no me impusieron nada más.

7 Al contrario, aceptaron que me había sido confiado el anuncio del Evangelio a los paganos, así como fue confiado a Pedro el anuncio a los judíos.

8 Porque el que constituyó a Pedro Apóstol de los judíos, me hizo también a mí Apóstol de los paganos.

9 Por eso, Santiago, Cefas y Juan –considerados como columnas de la Iglesia– reconociendo el don que me había sido acordado, nos estrecharon la mano a mí y a Bernabé, en señal de comunión, para que nosotros nos encargáramos de los paganos y ellos de los judíos.

10 Solamente nos recomendaron que nos acordáramos de los pobres, lo que siempre he tratado de hacer.

11 Pero cuando Cefas llegó a Antioquía, yo le hice frente porque su conducta era reprensible.

12 En efecto, antes que llegaran algunos enviados de Santiago, él comía con los paganos, pero cuando estos llegaron, se alejó de ellos y permanecía apartado, por temor a los partidarios de la circuncisión.

13 Los demás judíos lo imitaron, y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar por su simulación.

14 Cuando yo vi que no procedían rectamente, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como los paganos y no como los judíos, ¿por qué obligas a los paganos a que vivan como los judíos?».


Interpretación del pasaje

Pablo critica a los que están poniendo cargas pesadas sobre los neo-conversos, cuando ellos mismos no llevan ya todo el peso de la Ley. Pablo no lo aguanta. Se ve obligado a llamar a la atención a Pedro.


La palabra que viene traducida como “simulación” en griego es “hipócresis.” Pablo no está nada contento que están actuando así.


Introducción del break

Ahora vamos a tomar una pausa. No te vayas. Cuando volvemos, vamos a ver qué dice Papa Francisco sobre la hipocresía.


Después del break


Imagen

¿Nunca has visto un hombre con dos caras? Obvio que no, pero piensalo un poco. ¿Qué sería un hombre con dos caras? Lo ves comiendo de cada una de sus bocas. Puedes ver que tiene una cara feliz y una cara triste. Con una cara te dice la verdad. Con otra cara te miente. ¿Te gustaría pasar tiempo con una persona así?


Es la imagen que tenemos del villano de la serie de Batman – Dos caras. Era un hombre bueno, honrado, pero quien dejó su corazón torcer. Y ya después, por más que una parte de él fuera bueno, nadie podía jamás confiar en él.


Tenemos la tentación de vivir como hombres, mujeres de dos caras. Ponemos una cara piadosa cuando vamos a la iglesia.


¿Cómo debe afectar mi fe a mi vida cotidiana?

Pablo, en su reproche ­—y aquí está el núcleo del problema— utiliza un término que permite entrar en el fondo de su reacción: hipocresía (cf. Gal 2,13). Esta es una palabra que volverá muchas veces: hipocresía. Creo que todos nosotros sabemos qué significa. La observancia de la Ley por parte de los cristianos llevaba a este comportamiento hipócrita, que el apóstol pretende combatir con fuerza y convicción. Pablo era recto, tenía sus defectos —muchos, su carácter era terrible— pero era recto. ¿Qué es la hipocresía? Cuando nosotros decimos: atento con ese que es un hipócrita: ¿qué queremos decir? ¿Qué es la hipocresía? Se puede decir que es miedo de la verdad. La hipocresía tiene miedo de la verdad. Se prefiere fingir en vez de ser uno mismo. Es como maquillarse el alma, como maquillarse en las actitudes, como maquillarse en la forma de actuar: no es la verdad. “Tengo miedo de proceder como yo soy y me maquillo con estas actitudes”. Y fingir impide la valentía de decir abiertamente la verdad y así se escapa fácilmente a la obligación de decirla siempre, sea donde sea y a pesar de todo. Fingir te lleva a esto: a las medias verdades. Y las medias verdades son una farsa: porque la verdad es verdad o no es verdad. Pero las medias verdades son esta forma de actuar no verdadera. Se prefiere, como he dicho, fingir en vez de ser uno mismo, y fingir impide esa valentía de decir abiertamente la verdad. Y así se escapa de la obligación —y esto es un mandamiento— de decir siempre la verdad, decirla donde sea y decirla a pesar de todo. Y en un ambiente donde las relaciones interpersonales son vividas bajo la bandera del formalismo, se difunde fácilmente el virus de la hipocresía. Esa sonrisa que no viene del corazón, ese buscar estar bien con todos, pero con nadie…
(Papa Francisco, 25 de agosto de 2021)

Aplicación a la vida

¡Cómo nos puede costar ir a misa los domingos! A veces puede ser porque estamos cansados. No sentimos tener la fuerza para levantarnos de la cama e ir a alabar al Señor. Pero también puede haber otra razón. De hecho lo escucho con frecuencia cuando la gente está justificando que no va a misa. Es que allí voy a encontrar a hipócritas. Y tienen algo de razón. Pues hay muchos hipócritas que van a misa. ¿Sabes dónde más? En el centro comercial, en el trabajo, en el cine… O sea, si nuestro criterio para no ir a misa es que nos vamos a encontrar con hipócritas, solo puedo esperar que aplicamos el mismo criterio al resto de nuestra vida.


Signo de esperanza

No podemos terminar hoy sin un signo de esperanza. Si es verdad que nos encontramos con mucha hipocresía, incluso que somos culpables muchas veces de la hipocresía, nuestra vida no tiene que quedar así. Podemos trabajar en nosotros mismos para ser hombres, mujeres, de una sola cara. Espero que vuelvas a sintonizar el jueves, para que sigamos esforzándonos a vivir la fe – por dentro y por fuera. Hagamos juntos una oración para pedir a Dios el don de la integridad – para vivir la fe por dentro y por fuera.

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